Revolución educativa: seguimos educando a nuestros hijos con métodos de hace 100 años,
Revolución económica: La pobreza, la desigualdad y el hambre en el mundo así lo demuestran.
Revolución ambiental: Necesitamos vivir plenamente conectados con la naturaleza, respeto a la tierra y sin generar tantos desperdicios.
Revolución espiritual: Basta de seguir viviendo engañados por traficantes de fe. Es hora de abrir los ojos y entender que las Iglesias en el mundo solo han generado violencia, desunión y guerras. La espiritualidad y la conexión con algo más grande que nosotros no puede ser predicado por un señor con sotana y bañado en oro.
Este 15 de Octubre alcemos nuestra voz.
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