El sonido de la Luna

domingo, 27 de marzo de 2011

¿El congreso sería nuestra salvación?


Quisiera dar una opinión muy personal de lo que está sucediendo en el Perú en los últimos años. Se puede ver un creciemiento económico que es indudable. Desde que regrese de España a finales de 2008 me encontré con una ciudad como Lima llena de comercios, de hoteles, de restaurantes, etc. Después de la desgracia del terrorismo en los 80 y de la dictadura de los 90, muchos han encontrado el rumbo de la inversión (sobre todo extranjera) como principal motor de crecimiento. Que si el PBI, o el TLC, y todo tipo de abstracciones económicas se han vuelto parte de nuestro vocabulario, capaz de inflar el pecho de aquellos que han saboreado el éxito.

Sin embargo, junto con este crecimiento, las diferencias sociales y las desigualdades tambíen crecen como la espuma. Y eso parece no preocuparle al limeño clasemediano, simplemente porque no le toca. Basta salir un poco de Lima para darse cuenta que a pesar de que en infraestructura también se ha mejorado, el descontento es evidente. El reciente baguazo, lo que está sucediendo en Moquegua con el proyecto Tía Maria, los rebrotes senderistas y la violencia que vemos incluso en Lima, dan claras muestras de que algo no va bien.

El ver a dos extremistas como PPK y Ollanta subiendo en las encuestas de las recientes elecciones presidenciales, es una muestra clarificadora de lo que es el Perú: Peruanos que tienen, y peruanos que no! Nos encontramos en le dilema de siempre: votar por el menos malo. Aunque muchos jovenes engatuzados por el fenómeno PPK (creen ciegamente en él como el hombre capaz y honesto que va a salvar al Perú de las garras de la política corrupta, y que encaminará los destinos de nuestro país hacia el progreso económico), es evidente que su subida y aprobación se da solamente en una ciudad próspera y aislada de la realidad nacional: Lima. Pero creo que el día en que los limeños se den cuenta que nuestro pais es mucho más que su crecimiento económico, y que aun tenemos infinidad de conflictos sociales sin resolver, abrirán lo ojos a lo que realmente significa y representa el Perú.

Con este panorama tan desolador a mi modo de ver, lo único que nos queda es tener la responsabilidad como votantes, de armar un congreso comprometido, honesto y coherente, dedicado a legizlar y fiscalizar al gobierno de turno, capaz de fortalecer un poder judicial inexistente y corrupto, con el coraje suficiente como para defender nuestros recursos naturales por encima de intereses económicos, asi como los derechos fundamentales de las comunidades indígenas y desaparecer de una vez la pobreza extrema y el analfabetismo en nuestro pais.

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